domingo, 15 de enero de 2012

Yo no escogí enamorarme de ti, pero la primera vez que te besé nuestros dientes se rozaron por una milésima de segundo y fue increíble. La hora exacta de ese beso eran las TRES y DIEZ y quité la pila del reloj para que se quedase la hora detenida para siempre, parada. El minuto exacto en el que me besaste está metido en un reloj para siempre y ya nunca sé que hora es, pero me da igual.
Y desde entonces miro constantemente el reloj . .

1 comentario:

  1. Pero no vuelvo a recordar ese beso, porque paso hace muxos años. siento que cada vez que miro ese reloj me siento mas grande por recordarlo, peor no es asi, en realidad me siento triste, desamparada, porque el beso que aquel dia a las TRES Y DIEZ me distes nunca mas vovlera a pasar :S

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