domingo, 30 de diciembre de 2012

Somos pequeños y salvajes.

Sé que no soy perfecta. No soy la clase de niña perfecta y que sigue las normas al pie de la letra. También has de saber que cometo los errores que antes tú nunca has visto, que me caigo tres veces si es necesario con la misma piedra porque lo necesito. Casi siempre consigo lo que me propongo. Me miro al espejo un día y no me gusto. Soy indecisa, arriesgada y dura por fuera, pero por dentro soy todo lo contrario, sobre todo débil. Soy como un libro cerrado que no hay más que mirar la portada para saber de que trata. Soy la persona que te acompañará en todo y la que nunca, nunca jamás te fallará. Soy el felpudo en el que puedes sacudir toda la mierda, porque te escucharé y dejaré que me insultes para desahogarte. Soy.. ¿Cómo decírtelo? Soy la soñadora de tu mente, la más idiota a la que no le importa esperar por tus besos. Soy la persona que más te quiere y te querrá en este mundo. Sé que es difícil de creer, que pensarás que lo digo por decir, la típica frase de amor, pero no. No es así, te lo digo porque lo siento y siempre que lo siento te lo digo. Soy de ese tipo de personas que les encanta el chocolate, que no soporta a la gente pesada ni tampoco las mentiras. Mi color favorito es el azul y no esperes a que pronuncie bien el francés, detesto a la gente pija y también a los que van por la vida con aires de superioridad, soy aficionada a las risas y a las sonrisas, odio tener que madrugar, y odio también la rutina. Mi mayor afición se llama Melendi, junto a mi Atleti. Siempre suelo llegar tarde a todos los sitios y será raro pero es una de las cosas que me gusta de mi personalidad, seguramente mi deporte favorito sea el fútbol, junto al voley, pero nunca lo he practicado a diferencia del voley. Cuando me cabreo no me hables o te llevarás una buena contestación. Soy un terremoto, un metro y medio que no para quieto.
Pero, ¿sabes? así soy yo a quien le guste bien y a quien no, lo siento, no voy a cambiar por ni para darle el gusto a nadie.

domingo, 11 de noviembre de 2012

Enseña dientes, que es lo que les jode.



He aquí la pregunta del millón, ¿qué mejor que sonreír? NADA.
Sacar esa sonrisita escondida que todo el mundo tiene, que te hagan reír como nunca, reír tanto que casi te ahogas de la risa, es perfecto.
Y ¿qué mejor que eso? te alarga la vida y encima, eres feliz por unos momentos pero más vale tarde que nunca, ¿no?. Que mejor que estar triste y que una persona, la cual te conoce como nadie, te saque esa tímida sonrisa que lleva escondida días, semanas e incluso meses, esos momento son geniales. Y, vuelvo a repetir, ¿qué mejor que eso? porque yo sinceramente creo que nada.
Reír es el mayor placer de la vida, sonríe y que se te vean esos maravillosos dientes blancos brillando, total, sonreír no cuesta nada, solo es un simple gesto maravilloso que se hace cuando no te das cuenta y cuando te quieres dar cuenta dices ojala fuesen estos momentos siempre.
Incluso cuando intenten hundirte, húndeles tú a ellos con tu sonrisa.

Ya sabes, sonríe pase lo que pase y le pese a quién le pese.

domingo, 15 de enero de 2012

Yo no escogí enamorarme de ti, pero la primera vez que te besé nuestros dientes se rozaron por una milésima de segundo y fue increíble. La hora exacta de ese beso eran las TRES y DIEZ y quité la pila del reloj para que se quedase la hora detenida para siempre, parada. El minuto exacto en el que me besaste está metido en un reloj para siempre y ya nunca sé que hora es, pero me da igual.
Y desde entonces miro constantemente el reloj . .